El 21 de mayo de 1980 nació, de la mano de Toru Iwatani, diseñador de juegos de la empresa Namco, Pac-man. Después de más de 40 años, Pac-man sigue aumentando seguidores debido a su originalidad. El protagonista de Pac-man es un círculo amarillo al que le falta una porción y que asemeja a una boca, que debe ir comiendo todos los puntos del tablero, sin ser cazado por los fantasmas. Existen unos puntos más visibles que, al comerlos, dan poderes a Pac-man, que le permitirán devorar durante unos segundos a los fantasmas, que regresarán a su guarida. También aparecerán durante el juego algunos elementos (cerezas, fresas, manzanas...) que al comerlos darán a Pac-man un extra de puntos.
Durante la fase de desarrollo de Pacman, el presidente de Namco presionó a su creador, Toru Iwatani, para que todos los personajes fueran iguales. Éste se negó rotundamente y, para convencer a su jefe, realizó un encuesta a diferentes profesionales. Todos ellos, sin excepción, le apoyaron. Y, además, tiene una explicación: cada tono representa un tipo de personalidad y un conjunto de característica diferentes. Blinky, el fantasma rojo. Es el más agresivo de todos, pues su principal cometido es acabar con Pac-Man sea como sea. Para ello, aumenta su velocidad cada vez que el comecocos suma cierta cantidad de puntos. Clyde, el fantasma naranja. Tan sólo se acercará a Pac-Man si éste se encuentra a menos de ocho metros de distancia. Es especialmente lento y se limita a dar vueltas en algunas zonas del laberinto. Pinky, el fantasma rosa. Es el gran aliado de Blinky. De hecho, hará todo lo posible para ayudarle a acabar con Pac-Man. Por ello, su objetivo no es tanto comérselo como acorralarle. Inky, el fantasma azul. Su personalidad puede tocar todos los extremos, aunque destaca principalmente por ser el más lento y asustadizo, tanto que si te cruzas con él es muy probable que huya.